De “El corazón de la materia” (Editorial Plaza & Janés), se han dicho muchas cosas. Juan Luis Arsuaga, codirector del yacimiento prehistórico de Atapuerca , ha asegurado que el amor y los sentimientos humanos conforman “un terreno mágico que investigar” y que resolver por la ciencia, porque son el “auténtico misterio insondable”, ajeno a las leyes, que “nos sorprende siempre”.
Esta novela de “amor, dudas, celos, remordimientos”, gira en torno a una arqueóloga llamada Elena, una arqueóloga proclive a dejarse seducir por lo irracional y novia del protagonista, Lucas Frías (un joven que trabaja en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) en Ginebra donde, precisamente en este centro, ha sido construido el LHC, un enorme acelerador de partículas recién inaugurado, con el objetivo de desentrañar misterios como el del origen del Universo, pero que ha tenido que ser cerrado por un fallo técnico), la cuál abandona su trabajo en unas excavaciones en Chile en busca de momias precolombinas para estar más cerca de su compañero. Al poco tiempo de su decisión, Elena muere repentinamente en un extraño accidente, que podría ser un suicidio encubierto; el sentimiento de culpa que eso provoca en Lucas le lleva a indagar en el pasado reciente de su novia, para lo cual el científico emprenderá un viaje desde las calles de París al desierto de Atacama en Chile, que le hará sumergirse en un mundo muy lejano al de la ciencia, como lo es el de los videntes y peligrosos embaucadores y físicos cuánticos, que se mueven al filo de lo racional.
Ignacio García-Valiño, autor de libros y psicólogo de profesión, ha explicado que su obra, “El corazón de la materia”, es “la búsqueda personal” de un hombre, que siendo un científico se aleja de la razón, para encontrar una explicación a la muerte de su novia que no sea la del suicidio. Y, a la pregunta de si recomienda que se deje la autoayuda y se lea más ciencia, el contesta: “A mí la racionalidad me equilibra, es una guía. Si leyéramos más divulgación científica, tendríamos más criterio para enfrentarnos a las mentiras que nos rodean. Queremos creer y sufrimos mucho por esto, nos gustaría que hubiera algo más que pudrirnos en el cementerio. Yo pasé de ser creyente a perder esa fe, lo que te deja un vacío que intentas llenar de alguna manera. Siempre te queda la duda de cuándo estás más en la verdad, si antes o ahora. Me identifico con el personaje, porque está en esa búsqueda existencial. Y en todo ello encontramos mentiras, también en la ciencia. No estamos a salvo del engaño.”
2 Comments
Hola, muchas gracias por las recomendaciones. En asuntos de autoayuda no siempre es fácil tener una opinión formada dado que hay tantos autores y escritores de libros de autoayuda que uno ya no sabe qué leer. Les saludo con cordialidad.
Gracias Romina, desde Belle Glamour deseamos que este post te haya sido de ayuda. Un saludo para tí también…